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"Mis queridas hermanas, es preciso que vosotras y yo tomemos la resolución de no dejar de hacer todos los días la oración. Digo todos los días, hijas mías; pero si se pudiera, yo diría: no la dejemos nunca y no dejemos pasar ni un momento sin estar en oración..."
(San Vicente de Paúl) |
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Para las Hijas de la Caridad, la oración es uno de los momentos fuertes de su vida apostólica. En ella presentan la vida y las necesidades de los pobres y retoman fuerza para la Misión.
Su vida de oración es a ejemplo de Cristo que se retiraba a orar para hablar con su Padre.
Participan todos los días de la Eucaristía, fuente y cumbre de su vida
apostólica, en donde se unen a todos los fieles cristianos para celebrar el Misterio Pascual de Cristo.
En ella escuchan la Palabra de Dios, la cual interpela su vida y las anima por hacerla vida en su servicio y entrega a los demás.
La liturgia de las horas por la mañana y por la tarde, las reúne y, en
ella presentan a Dios la vida, ilusiones, esperanzas y alegrías de los pobres a quienes reconocen como sacramento de Dios.
La Lectio Divina o lectura meditada de la Palabra de Dios, que realizan frecuentemente, las asemeja más a Cristo a quien reconocen como el servidor de los designios del Padre y evangelizador de los pobres.